Siete técnicas de estudio
que te ayudarán a aprobar los exámenes
El alumno estratega no se limita a
subrayar y memorizar textos, sino que procesa la información haciendo uso de
diferentes herramientas
“La tecnología lo inunda todo. También la
forma de estudiar, pero hay que saber cómo utilizarla”. A Anna Iñesta,
directora del Centro de Innovación Educativa de ESADE, no le gusta hablar de técnicas de estudio, sino
del alumno estratega, aquel que no se limita a subrayar y memorizar ingentes
cantidades de texto y que en su lugar procesa la información haciendo uso de
diferentes herramientas. En algunos casos aplicaciones (App) y en otros el mero
intercambio de impresiones con compañeros de clase. Es lo que los expertos
llamanreciprocal
teaching (enseñanza recíproca). “Está demostrado”, dice
Iñesta, “que al recibir una explicación por parte de un igual -otro alumno-
ambos procesan mejor ese contenido y mejoran la asimilación de conceptos”.
España es el país líder en Europa en
uso de smartphones con un 66% de penetración, según el informe
Spain Digital Future in Focus de ComScore,
y el 40% de los jóvenes utiliza el móvil para estudiar o intercambiar apuntes,
señala un estudio de Tuenti
Móvil e Ipsos. Cada vez más
los estudiantes hacen uso de la tecnología para hacer frente a los exámenes,
pero es importante poner límites y no perder la concentración frente al huracán
de estímulos de la Red.
Con tecnología y sin ella, aquí van
siete consejos de expertos para preparar mejor los exámenes.
1- Gana concentración. Los ordenadores y las tabletas han robado parte de
protagonismo al papel a la hora de estudiar. Cada vez se usan más, ya sea para
leer los temarios o realizar mapas conceptuales online.
Pero también pueden distraer fácilmente y perjudicar la concentración. “Los
avisos de la entrada de nuevos correos electrónicos o las interacciones en
Twitter o Facebook son continuas y es importante desconectar mientras uno
estudia”, señala Anna Iñesta. Para lograrlo, la experta propone utilizar la
herramienta Ommwriter, que una vez instalada en el ordenador o
dispositivo móvil, corta todo intercambio de informaciones a través de la Red.
Es un programa que recrea la nada y cuando se pone en marcha siguen llegando
correos pero no saltan las alertas. Al abrirlo, se escoge un fondo, un ruido
(el sonido de una biblioteca o de una pecera) y el tipo de letra con la que se
va a escribir. “Este procesador de texto de estilo zen permite mayor
concentración y reflexión”, añade Iñesta.
2- Elabora un calendario de
estudio. Aplicaciones como Google Calendar, Sunrise
Calendar, Awesome
Calendar, o The Homework App son
útiles para organizarse. “Es recomendable utilizar un formato mensual que te
permita visualizar todos los días disponibles de un solo vistazo. Hay que
señalar las fechas de los exámenes y tachar los días en los que no te será
posible estudiar”, señala Nuria Suñé, psicóloga y directora del Centre Future. Además, hay que dividir los días de estudio en
dos bloques (mañana y tarde) y distribuir de forma estratégica el tiempo que se
destinará a las distintas asignaturas en función de su complejidad. “Aunque tengas
el calendario en la cabeza, para tu cerebro no es lo mismo escribirlo o
programarlo que sólo imaginarlo. El hecho de organizarlo te permite rebajar tu
sensación de indefensión y de falta de tiempo y fomenta un análisis de la
situación más realista y ajustado”. Suñé recalca que disminuir la ansiedad es
aumentar la productividad, y aconseja dedicar una mañana si es necesario a la
elaboración del calendario. “Una vez lo hayas acabado, te sentirás mucho más
tranquilo”, asegura.
3- Crea mapas
conceptuales online. Aplicaciones
comoMindmeister o Vue permiten
crear mapas conceptuales online. “Al elaborar estos esquemas, el estudiante
realiza un esfuerzo importante para distinguir lo esencial de lo superfluo y
procesa mejor la información. Estos mapas son como un árbol que entrelaza
conceptos clave sobre una temática; aportan una visión global”, indica Anna
Iñesta, de ESADE. Estas aplicaciones permiten trabajar de forma individual y
colectiva; los mapas pueden ser diseñados por diferentes estudiantes desde
distintos lugares, siempre y cuando estén conectados a Internet. Además, se
puede garbar el proceso de elaboración del mapa y reproducirlo cuantas veces se
quiera. Una vez finalizados, los estudiantes pueden quedar para exponer la
parte que han realizado. “Científicamente está demostrado que el aprendizaje
colaborativo tiene ventajas en el proceso de adquisición de conocimientos”,
dice Iñesta en referencia a estudios como Student-student interaction: The neglected
variable in education, de
Johnson, D. W. y Johnson, R (publicado en Educational Researcher en 1981).
“Explicar algo a otra persona es la mejor manera de interiorizarlo, el proceso
de adquisición de conocimientos finaliza cuando se verbaliza. Si no lo sabes
explicar, no te lo sabes”.
4- Crea foros online para
preparar el examen. Ya sea a través de
los campus virtuales de las universidades o de espacios web como Blogger (de
Google) o Wikispaces,
el alumno puede crear foros para proponer distintas preguntas sobre la materia
que va a examen y propiciar que el resto de estudiantes participen para dar la
mejor respuesta. Ángel Sobrino, vicedecano de Investigación de la Facultad de
Educación y Psicología de la Universidad de Navarra, considera que a través de estas plataformas los
alumnos se motivan a estudiar: “Al comprobar que otros controlan un tema que a
ellos se les escapa, se ponen las pilas para no quedarse atrás”. En ocasiones
son los propios docentes los que generan estos foros. “Hasta ahora este tipo de
herramientas solo se usaban en el e-learning (universidadesonline),
ahora cada vez se emplean más en las universidades presenciales”. Si el centro
no dispone de un campus virtual, el alumno puede crear un espacio para
compartir información en canales como Blogger o a través de redes sociales como Facebook.
5- Amplía tus apuntes con tu
propia investigación. El profesor de
Ciencias Políticas y vicerrector de la Universidad
Internacional de la Rioja (UNIR) Josu Ahedo recomienda ir más allá del
temario ofrecido por el docente y complementar los apuntes con datos
adicionales obtenidos con búsquedas rigurosas. Una de las opciones es Google Académico.
“Se pueden encontrar ensayos de autores de referencia que ayudarán al
estudiante y le diferenciarán del resto”.
6- Ponte a prueba. La mejor forma de preparar un examen es simularlo.
“Estudiar no consiste en hincar los codos y memorizar, sino en hacerse una
representación muy clara de cómo va ser el examen y diseñarlo”, explica Antoni
Badia, profesor del departamento de Psicología y Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Hay que analizar cuáles son las competencias que más valora el docente y
atender a las pistas que da sobre cómo será el examen. Además de preparar una
prueba tipo test o de desarrollo, el alumno puede consultar las publicaciones
del docente para fijarse en la forma en que describe el fenómeno, en qué puntos
se extendió más y qué priorizó.
7- Representa con gráficos el
texto (infografías, líneas de tiempo). “Cuando
un profesor pide que se compare A con B no espera una explicación de A y B por
separado”, asegura Badia. Es necesario identificar qué herramienta de
aprendizaje puede ser útil según la temática. Por ejemplo, para estudiar las
obras del Barroco puede ser útil elaborar fichas con la información. Para
relacionar unos conceptos con otros son convenientes las infografías, líneas de
tiempo o gráficos con flechas que expliquen causas y consecuencias (en materias
como historia o física). “Gran parte del texto se puede representar
gráficamente. No se trata de hacer esquemas de todo, sino de aquello que
requiera una mayor profundización”. Es lo que Badia llama uso estratégico de
las herramientas.
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